domingo, 31 de octubre de 2010

Marcelino Camacho


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Marcelino Camacho Fallecimiento
29 de octubre de 2010(92 años)Madrid, España
Marcelino Camacho Abad (Osma-La Rasa, Soria, 21 de enero de 1918 - Madrid, 29 de octubre de 2010)[1] fue un destacado sindicalista y político español. Fue fundador y primer secretario general de Comisiones Obreras (CC.OO.) entre 1976 y 1987, y diputado comunista por Madrid entre 1977 y 1981.
El 2 de febrero de 1935 se afilió al Partido Comunista de España (PCE) y posteriormente a la Unión General de Trabajadores, a la que también perteneció su padre, guardagujas en la Estación de Osma-La Rasa[2] (Soria). Tras el levantamiento militar, junto a otros ferroviarios cortó las vías del tren para impedir el avance fascista. Cruzó andando la sierra madrileña para unirse al bando republicano en el que luchó durante la Guerra Civil Española (1936-39). En los últimos días de la Guerra fue encarcelado por la Junta de Casado (Gobierno que pactó la entrega de Madrid a Franco). Se escapó, estuvo unos meses en la clandestinidad y fue denunciado por alguien que le reconoció. Fue juzgado por ir voluntario a defender la República y condenado a trabajos forzados en diferentes campos para terminar finalmente en Tánger.
En 1944 se fuga del campo y viaja al exilio a Orán (Argelia). Al pasar la frontera del entonces Marruecos francés fue detenido por la policía francesa y conducido a Orán, una ciudad que entonces tenía una enorme colonia de inmigrantes españoles. Algunos se encontraban desde antes de los años treinta, desplazados por motivos económicos y otros eran refugiados políticos republicanos emigrados tras la guerra civil (los últimos barcos con exiliados republicanos salidos del puerto de Alicante días antes del fin de la guerra se dirigirían precisamente a esta ciudad). Entre los exiliados que reclamaron y consiguieron su libertad estaba Josefina Samper (1927, Fondón, Almería), con la que se casaría el 22 de diciembre de 1948.
[editar] Lucha sindical y oposición antifranquista
En 1957, tras ser indultado, regresaría a España para desempeñar su profesión de obrero metalúrgico en Perkins Hispania. Fue elegido representante de los trabajadores de su empresa y fue uno de los impulsores de Comisiones Obreras (CC.OO.), sindicato de clase y de inspiración comunista infiltrado en los sindicatos verticales del régimen franquista. Por sus actividades sindicales y políticas fue encarcelado en 1967, pasando nueve años en la cárcel de Carabanchel. A la salida de la prisión, el líder soriano, casi como una premonición, anunciaría: «ni nos doblaron, ni nos doblegaron, ni nos van a domesticar». Salió indultado tras el famoso Proceso 1001, en el que la dictadura juzgó a los principales dirigentes de CC.OO. a finales de 1973.
[editar] Dirigente de CCOO y del PCE
En 1976 las Comisiones Obreras se constituyen en confederación sindical y Marcelino Camacho es elegido secretario general. En ese momento ya era miembro del Comité Central del Partido Comunista de España (PCE). Fue elegido diputado por Madrid en las elecciones constituyentes de 1977 y reelegido en las elecciones de 1979. Dimitió como diputado por desacuerdo con las normas laborales que aprobó el Parlamento con el apoyo del PCE.
Dirigió CCOO hasta 1987, siendo reelegido por abrumadora mayoría en los cuatro primeros congresos del sindicato. En este periodo Comisiones Obreras se convirtió en la primera central sindical española y le convocó la primera huelga general al gobierno de Felipe González en 1985. Además, tuvo una destacada presencia en las movilizaciones contra la OTAN de 1986 y en las estudiantiles del curso 86/87. En 1987 pasó a ocupar el cargo honorífico de Presidente, al ser sustituido en el cargo de secretario general por Antonio Gutiérrez. Desde antes del 5º Congreso (1991) mantuvo enfrentamientos con la dirección encabezada por Gutiérrez (favorable al pacto social o a la disolución del PCE en Izquierda Unida), lo que culminó con su dimisión como Presidente en 1995 al estar en desacuerdo por el alejamiento de la dirección de CCOO del PCE y su continuo giro a la derecha. En el 6º Congreso (1996) el sector mayoritario oficialista votó en contra de la candidatura a presidente para el que, el Sector Crítico había propuesto a Marcelino Camacho, por 366 votos a favor, 571 en contra, 43 abstenciones, 12 en blanco y 3 nulos.
Hasta su muerte continuó siendo militante del PCE y miembro de su Comité Federal, así como afiliado de IU. Su carnet de miembro de CCOO era el n.º 1.
[editar] Reconocimiento social

Marcelino Camacho en 1978
Recibió la Medalla al Mérito Constitucional de manos del Rey Juan Carlos I, una orden civil española creada por el gobierno de Felipe González en la III Legislatura mediante Real Decreto de 18 de noviembre de 1988, concedida a «aquellas personas que hayan realizado actividades relevantes al servicio de la Constitución y de los valores y principios en ella establecidos».
Tenía 2 hijos, Yenia y Marcel. Hasta su fallecimiento residió junto con su esposa en un inmueble situado en la localidad madrileña de Majadahonda, tras verse obligado a abandonar su domicilio de siempre en el barrio de Carabanchel de Madrid por carecer de ascensor.
Publicó sus memorias en Confieso que he luchado (1990), con prólogo de Manuel Vázquez Montalbán.
El 28 de noviembre de 2007 en el Palacio de Exposiciones y Congresos de Madrid le fue rendido un homenaje[3] por parte del mundo político y sindical con el título de "Marcelino: historia de un compromiso", con la presencia del presidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero, junto a miembros del PP, PSOE, IU y PCE, de los sindicatos UGT y USO, de la patronal CEOE y del mundo de la cultura. Entre ellos, la actriz Aitana Sánchez Gijón, que presentó el acto, los secretarios generales de CCOO, José María Fidalgo, y de UGT, Cándido Méndez, y el anterior presidente de CEOE, José María Cuevas. También actuaron José Antonio Labordeta y Luis Pastor, poesía recitada por Pilar Bardem y Núria Espert, y el escritor José Saramago le envió un mensaje, que leyó Sánchez Gijón. Él, una vez más al finalizar el acto, cantó La Internacional y sus breves palabras fueron para recordar su lema “¡Ni nos domaron, ni nos doblaron, ni nos van a domesticar!”.
Posteriormente el 28 de marzo de 2008 CCOO le rindió otro homenaje,[4] está vez más informal, con presencia de los afiliados en el Auditorio de CCOO de Madrid, bautizado desde ese momento con su nombre, con una gran afluencia de público. Este acto fue presentado por El Gran Wyoming, y contó con las actuaciones e intervenciones de la novelista Marta Sanz, el poeta Carlos Álvarez, los cantautores José María Alfaya, Luis Felipe Barrio, Matías Avalos y Quintín Cabrera, el novelista Isaac Rosa, la escritora Almudena Grandes, y el poeta Luis García Montero. El acto se abrió con la Banda Sinfónica de CCOO tocando La Internacional. En el momento de la intervención de Marcelino los miembros de la UJCE presentes desplegaron una pancarta con el lema Con tu ejemplo de lucha, ¡Gracias Camarada!. El acto finalizó con la actuación del Coro de la Unión de Actores y con el público cantando de nuevo, a capela, La Internacional.

martes, 17 de noviembre de 2009

Kenedy


John Fitzgerald Kennedy (Brookline, Massachusetts, 29 de mayo de 1917Dallas, Texas, 22 de noviembre de 1963) fue el trigésimo quinto Presidente de los Estados Unidos. Fue conocido como John F. Kennedy, Jack Kennedy por sus amigos y popularmente como JFK.
Elegido en 1960, Kennedy se convirtió en el tercer presidente más joven de su país, después de Theodore Roosevelt. Ejerció como Presidente desde 1961 hasta su asesinato en 1963. Durante su gobierno tuvo lugar la invasión de Bahía de Cochinos, la crisis de los misiles de Cuba, la construcción del Muro de Berlín, el inicio de la carrera espacial, la consolidación del Movimiento por los Derechos Civiles en Estados Unidos, así como los primeros eventos de la Guerra de Vietnam.
Durante la Segunda Guerra Mundial, destacó por su liderazgo como comandante de la Lancha torpedera PT-109 en el área del Pacífico Sur. Realizando un reconocimiento, la PT-109 fue impactada por un destructor japonés, que partió la lancha en dos y ocasionó una explosión. La tripulación a su cargo logró nadar hasta una isla y sobrevivir hasta ser rescatada. Esta hazaña le dio popularidad y con ella comenzó su carrera política. Kennedy representó al estado de Massachusetts como miembro de la Cámara de Representantes desde 1947 hasta 1953 y luego como senador desde 1953 hasta que asumió la presidencia en 1961. Con 43 años de edad, fue el candidato presidencial del Partido Demócrata en las elecciones de 1960, derrotando a Richard Nixon en una de las votaciones más ajustadas de la historia presidencial del país. Kennedy había sido la última persona en ser elegida ejerciendo como senador hasta la elección de Barack Obama en 2008. También ha sido el único católico romano en ser elegido Presidente de EE. UU. y fue el primero nacido en el siglo XX.
El Presidente Kennedy fue asesinado el 22 de noviembre de 1963 en Dallas, Texas, Estados Unidos. Lee Harvey Oswald fue acusado y detenido, pero fue asesinado dos días después por Jack Ruby por lo que no fue posible someterlo a juicio. La Comisión Warren concluyó que Oswald había actuado solo en el asesinato. Sin embargo, el Comité Selecto de la Cámara sobre Asesinatos estimó en 1979 que podría existir una conspiración en torno a su asesinato. El tema ha sido muy debatido y existen múltiples teorías sobre el magnicidio. El crimen fue un momento importante en la historia de los Estados Unidos debido a su traumático impacto en la psique de la nación.
Muchos han considerado a Kennedy como un icono de las aspiraciones y esperanzas estadounidenses; en algunas encuestas realizadas en su país continúa siendo estimado como uno de los mejores presidentes de los Estados Unidos.

Francisco Ayala


A los dieciséis años se trasladó a Madrid, donde estudió Derecho y Filosofía y Letras. En esta época (1922/23) publicó sus dos primeras novelas, Tragicomedia de un hombre sin espíritu e Historia de un amanecer.
Colaboró habitualmente en Revista de Occidente y Gaceta Literaria. Residió en Berlín entre 1929 y 1931 durante el surgimiento del nazismo. Se doctoró en Derecho en la Universidad de Madrid e impartió clases en la misma.
Fue letrado de las Cortes desde la proclamación de la República. En el comienzo de la Guerra Civil se encontró dando conferencias en Sudamérica y, durante la misma, ejerció como funcionario del Ministerio de Estado.
Al caer la República se exilió en Buenos Aires, donde pasó diez años trabajando y colaboró en la revista Sur, en el diario La Nación y en la editorial Losada; asimismo, cofundó con Lorenzo Luzuriaga la revista Realidad.
Posteriormente, aún en la década de los cincuenta, Ayala se trasladó a Puerto Rico, país en el cual impartió cursos en la Facultad de Derecho de la Universidad de Puerto Rico, invitado por el Decano de dicha institución, el renombrado jurista Manuel Rodríguez Ramos. Desde el archipiélago de Puerto Rico viajó a Estados Unidos de América, donde impartió clases de Literatura española en las universidades de Princeton, Rutgers, Nueva York y Chicago, aunque también mantuvo estrechos lazos intelectuales y culturales con Puerto Rico, donde igualmente vivieron largos exilios los renombrados Pau Casals y Juan Ramón Jiménez, entre otros españoles.
En 1960 regresó por primera vez a España. Desde entonces, volvió todos los veranos y compró una casa. Se reintegró a la vida literaria. En 1976 se instaló definitivamente en Madrid, donde continuó su labor de escritor, conferenciante y colaborador de prensa. En 1983, a los 77 años, fue elegido miembro de la Real Academia Española; leyó su discurso de ingreso un año después. Hasta muy avanzada edad ha seguido escribiendo con plena lucidez. En 1988 obtuvo el Premio Nacional de las Letras Españolas; en 1990 fue nombrado Hijo Predilecto de Andalucía; en 1991 fue galardonado con el Premio Cervantes [1] y en 1998 con el Premio Príncipe de Asturias de las Letras.
La crítica ha dividido generalmente la trayectoria narrativa de Francisco Ayala en dos etapas: la anterior y la posterior a la Guerra Civil Española.
En la primera etapa, anterior a la Guerra Civil, escribió Tragicomedia de un hombre sin espíritu (1925) e Historia de un amanecer (1926), que se inscriben en una línea narrativa tradicional. Con El boxeador y un ángel (1929) y Cazador en el alba (1930) abordó la prosa vanguardista. En ambas colecciones de cuentos predominan el estilo metafórico, la brillantez expresiva, la falta de interés por la anécdota, la fascinación por el mundo moderno.
Tras un largo silencio, Francisco Ayala inició su segunda etapa en el exilio con El hechizado (1944), relato sobre el intento de un criollo de entrevistarse con el rey Carlos II que formó parte en 1949 de Los usurpadores, libro compuesto por siete narraciones cuyo tema común es el ansia de poder. La historia sirve aquí para reflexionar sobre el pasado, a fin de conocer con mayor profundidad el presente. También en 1949 publicó La cabeza del cordero, conjunto de relatos sobre la Guerra Civil, en los que presta mayor atención al análisis de las pasiones y comportamientos de los personajes que a la crónica de unos acontecimientos externos. Muertes de perro (1958) constituyó una denuncia de la situación de un pueblo sometido a una dictadura, al tiempo que presentó la degradación humana en un mundo sin valores. El fondo del vaso (1962) es un complemento de la novela anterior, que está presente en este nuevo relato a través de los comentarios que de ella hacen los personajes. La ironía se convierte en el recurso central de esta obra, aunque una mayor comprensión hacia el género humano va sustituyendo al desprecio. En algunas ocasiones, como en El hechizado, se acercó al mundo existencial y absurdo de Franz Kafka, con una denuncia implícita de la inmoralidad y estupidez del poder.
Después de estas novelas Francisco Ayala siguió publicando relatos, como los recogidos en El As de Bastos (1963), El rapto (1965) y El jardín de las delicias (1971), libro que se basa en el contraste entre la objetividad satírica de la primera parte, «Diablo mundo», y el tono evocativo, subjetivo y lírico de la segunda, «Días felices». En 1982 apareció De triunfos y penas, y en 1988 El jardín de las malicias, donde recogió seis cuentos escritos en diferentes épocas de su vida.
Gran importancia tiene también su obra ensayística, que abarca temas políticos y sociales, reflexiones sobre el presente y el pasado de España, el cine y la literatura.
Escribió unas memorias: "Recuerdos y olvidos" (1982, 1983, 1988 y 2006). Fue miembro de la Academia de Buenas Letras de Granada. En noviembre de 2003 recibió en su ciudad natal el nombramiento de Socio de Honor de la asociación Granada Histórica, manifestando que ese, «tal vez, había sido uno de los momentos más bellos de la última etapa de su vida, pues tras casi un siglo de sentirse granadino por el mundo entero, ahora se reconocía por los propios granadinos».
Su relato El tajo fue seleccionado en la antología de cuentos de la Guerra Civil Partes de guerra, a cargo del escritor Ignacio Martínez de Pisón.
Fue miembro de la Academia Europea de Ciencias y Artes desde 1997.[2]
El 15 de febrero de 2007 se convirtió en el primer depositario de la Caja de las Letras del Instituto Cervantes de Madrid.[3]
Falleció el 3 de noviembre de 2009 en Madrid, a la edad de 103 años.[4]
Su capilla ardiente se instaló en el tanatorio del cementerio de San Isidro de Madrid, donde fue incinerado en la intimidad un día después de su fallecimiento.
Obras.

domingo, 4 de octubre de 2009

SAN SATURIO




La ermita de San Saturio está situada en la ciudad de Soria, en la provincia homónima, comunidad autónoma de Castilla y León, en España.
Es considerado popularmente, en su enclave paisajístico, uno de los parajes más bellos que posee la ciudad.
Historia [editar]
Se cree que los templarios de San Polo monopolizaba el acceso a la cueva de Peñalba sobre la que se construyó la ermita de San Miguel de la Peña, en la tradición dice que viviera el anacoreta visigodo San Saturio, santo patrono de la ciudad de Soria, bajo cuya advocación se encuentra el templo desde el siglo XVI y que, curiosamente, repite la estructura octogonal arquetípica del Temple.
Inicialmente los restos de San Saturio reposaban en esta cueva encima de la que fue construida la ermita, pero al construirse el edificio religioso se trasladaron al altar mayor del templo.
Su ermita actual se construyó a finales del siglo XVII, colgada sobre el roquedal al lado del Duero, "con desparpajo y valentía insignes y procurando para todas las generaciones venideras un impacto visual incomparable", señala Gaya Nuño. El arquitecto fue Pedro de Ajín, en pleno período barroco aunque la ermita es sobria en cuanto a la piedra, que no en lo que respecta a sus retablos y pinturas, en donde el barroco exultante está en su plenitud.
Descripción [editar]
A la ermita se accede por la cueva situada a sus pies, origen de la tradición santera. En un primer término, se encuentra la sala de reuniones del llamado Cabildo de los Heros, una especie de Tribunal de las Aguas para el secano donde celebraban sus juntas la hermandad de labradores. La sala posee una delicada bancada de piedra y una efigie del santo colocada en el lugar de honor.
Tras él, se encuentra el oratorio de San Miguel donde San Saturio asentó un pequeño altarcillo a San Miguel Arcángel, cuya figura, dominando al demonio, está presente en diversas estancias, tanto en escultura como en pintura. También tiene una imagen de Santa Ana (madre de la Virgen)procedente de una ermita situada en el cerro Santa Ana, monte arriba de ésta de San Saturio.
Por una escalera adosada a la roca se sube a las dos salas capitulares, desde cuyos balcones se contempla el bello panorama de las orillas del Duero. En la sacristía en un retablo barroco se encuentra un Cristo Crucificado de gran tamaño.
La iglesia es de planta octogonal muy alargarda, cubierta con cúpula de ocho plementos y linterna. En los frescos de sus paredes está representada la historia de San Saturio empezando por el lado del Evangelio: San Saturio repartiendo su hacienda entre los pobres; después, ya ermitaño, orando en la capilla de San Miguel; encima de la puerta principal, y en un pequeño recuadro, el santo tentado por los siete pecados capitales; el santo predicando, y en los restantes del lado de la Epístola, hacia el altar mayor, el paso milagroso de San Prudencio por el Duero sobre su capa, la muerte de San Saturio y su canonización por su discípulo San Prudencio, cuando ya era obispo de Tarazona. En dos de estos lienzos, se puede contemplar la silueta del castillo de Soria, tal como estaba antes de su destrucción. Además en el retablo mayor barroco se cuentra su relicario del siglo XVII.
En la cúpula, con linterna, frescos con representaciones de santos ermitaños, entre ellos San Juan Bautista, San Juan Evangelista, San Benito y el propio Jesucristo en el desierto. Esta obra fue realizada por Antonio Zapata entre los años de 1704 y 1705, el pintor soriano barroco más destacado, discípulo de Antonio Palomino.
Su fiesta, se celebra con una romería, el 2 de octubre.

sábado, 3 de octubre de 2009

Sorolla







El Museo Sorolla es un museo situado en Madrid (España). Fue creado a petición de la viuda del pintor Sorolla, Clotilde García del Castillo, quien en el año 1925, dictó testamento donando todos sus bienes al Estado para la fundación de un museo en memoria de su marido. El día 28 de marzo de 1931 se acepta el legado de la viuda del pintor. El Museo, inaugurado en 1932, se ubica en el edificio en el que el pintor tenía su casa y su taller, y que fue obra del arquitecto Enrique María Repullés.
Joaquín Sorolla García, único hijo varón del matrimonio, fue el primer director del Museo hasta su fallecimiento en 1948. Además legó nuevos fondos al Estado, los cuales fueron aceptados en el año 1951. La colección se ha ido completando posteriormente con compras.
Desde el año 1973 el Museo es estatal y depende del Ministerio de Cultura.

Colección [editar]
La colección está compuesta además de por numerosas obras del propio Sorolla por un gran numero de objetos que poseyó el autor. Estos objetos se pueden dividir en cuatro categorías: escultura, cerámica, piezas de arqueología (a la que era muy aficionado) y pintura (sobre todo esta última, especialmente obras de pintores amigos suyos).

martes, 2 de junio de 2009

TOULOUSE LAUTRE


Henri Marie Raymond de Toulouse-Lautrec-Monfa Tapié de Celeyran, conde de Toulouse-Lautrec-Monfa, conocido simplemente como Toulouse Lautrec (Hôtel du Bosc, Albi, 24 de noviembre de 1864 - Malromé, 9 de septiembre de 1901) fue un pintor y cartelista francés que destacó por su representación de lHenri ouse-Lautrec-Monfa Tapié de Celeyran, conde de Toulouse-Lautrec-Monfa, conocido simplemente como Toulouse Laa vida nocturna parisiense de finales del siglo XIX.

Por desavenencias, sus padres se separaron en 1868 quedó al cuidado de su madre.

Su infancia fue feliz hasta que como consecuencia de la consanguinidad de sus padres, Toulouse-Lautrec padeció una enfermedad que afectaba al desarrollo de los huesos: la picnodisostosis, que se le empezó a manifestar en 1874. Su constitución ósea era débil y entre mayo de 1878 y agosto de 1879 sufrió dos fracturas en los fémures de ambas piernas que le impidieron crecer más, alcanzando una altura de 1,52 m.

Persona con un talento natural para el dibujo que se manifestó a corta edad decidió, en 1882, dedicarse a la pintura; su formación empezó primero en el taller de Léon Bonnat y luego con Fernand Cormon. En 1884 se instaló en Montmartre cerca del estudio que tenía Degas, quien le influyó en aspectos técnicos y temáticos en los años de aprendizaje.

En 1881 Toulouse-Lautrec se traslada a París. Decide ser pintor, con el apoyo de su tío Charles y unos pintores amigos de la familia, como Princetau, John Lewis Brown y Jean-Louis Forain. Es admitido en el estudio de Léon Bonnat, que era un retratista de moda. Allí perfecciona su dibujo, pero el maestro le dice que dibuja de forma horrible y que nunca llegará a nada.

Al cerrarse el taller de Bonnat en septiembre de 1882, tuvo que buscarse un nuevo maestro, Fernand Cormon. En el estudio de Cormon se encontró y entabló amistad con Vincent van Gogh.

En 1884 Henri va a vivir al barrio de Montmartre, donde tiene vecinos como Degas. La fascinación que sentía por los locales de diversión nocturnos le llevó a frecuentarlos con asiduidad y hacerse cliente predilecto de algunos de ellos como el Salon de la Rue des Moulins, el Moulin de la Galette, el Moulin Rouge, Le chat noir, el Folies Bergère... Todo lo relacionado con este mundo, incluida la prostitución, constituyó uno de los temas principales en su obra. En sus obras de los bajos fondos de París pintaba a los actores, bailarines, burgueses y prostitutas (su gran obsesión). A éstas las pintaba mientras se cambiaban, cuando acababan cada servicio o cuando esperaban una inspección médica.

Al contrario que los artistas impresionistas, apenas le interesó el género del paisaje, y prefirió ambientes cerrados, iluminados con luz artificial, que le permitían jugar con los colores y encuadres de forma subjetiva. Muy observador, le atraían la gestualidad de los cantantes y comediantes, y le gustaba ridiculizar la hipocresía de los poderosos, que rechazaban en voz alta los mismos vicios y ambientes que degustaban en privado.

Los dueños de los locales le pedían que dibujara carteles para promocionar sus espectáculos, algo que entusiasmó mucho a Lautrec ya que en sus largas noches en los cabarets dibujaba todo lo que veía y lo dejaba por las mesas. Al contrario que Vincent van Gogh, llegó a vender obras y fue reconocido, si bien su popularidad radicó en sus ilustraciones para revistas y carteles publicitarios más que en la pintura al óleo.

Tuvo grandes amigas como la bailarina Jane Avril, a la cual dedicó varios cuadros y carteles. Conoció a bailarines reconocidos como Valentín el descoyuntado (que era notario de día y bailarín de noche), payasos y demás personajes de las fiestas y espectáculos por los suburbios. Este mundillo de vicio y extravagancia fue un refugio para Lautrec, quien se sentía rechazado por la nobleza a la que pertenecía por origen. Su minusvalía causaba rechazo en los salones chic, y en Montmartre pudo pasar desapercibido y dar rienda suelta a su bohemia. Criticaba a todos aquellos que reflejaban paisajes en sus cuadros, ya que él opinaba que lo que verdaderamente valía la pena eran las personas, el pueblo. Se consideraba a sí mismo un cronista social y se mezcló, pintó y fue como el pueblo.

Tenía grandes problemas con el alcohol, llegando a mezclar champagne, cognac y absenta en una misma copa y varias veces, lo que muchas veces derivaba en locura. Además contrajo la sífilis.

En 1886 abandonó el estudio de Cormon y arrendó el suyo propio. En la década de los 90 viajó hasta Londres en donde conoció y retrató de forma sublime a Oscar Wilde.

La vida noctámbula y desordenada que llevó durante años, así como su alcoholismo deterioraron su salud. Y a partir de 1897 padeció manías, depresiones y neurosis, además de ataques de parálisis en las piernas y en un costado. En 1897 tuvo que ser recogido de las calles a causa de una borrachera y poco después en un delirium tremens llegó a disparar a las paredes de su casa creyendo que estaban llenas de arañas. Sin embargo seguía pintando de forma firme y rápida, pero lo vuelven a recoger alcoholizado en 1899 e intentan internarlo en un sanatorio mental. Allí para demostrar que no esta loco realiza una colección de pinturas sobre el circo.

Dejan que vaya a casa de su madre en las posesiones de ésta cerca de Burdeos. Estaba muy mal de salud, con la piel color ceniza y barbudo. Su adicción por el alcohol hizo que llegara a comprar un bastón cuya punta tenía forma de copa para poder beber a escondidas de su madre. El 9 de septiembre de 1901 murió postrado en su cama.

En 1922 su madre y su tratante abrieron el Museo Toulouse-Lautrec en Albi, el cual tiene numerosas visitas y es reconocido por su rica colección.

La obra de Toulouse-Lautrec se caracteriza por su estilo fotográfico, al que corresponden la espontaneidad y la capacidad de captar el movimiento en sus escenas y sus personajes, siendo el suyo un estilo muy característico. A esto hay que añadir la originalidad de sus encuadres influencia del arte japonés, que se manifiesta en las líneas compositivas diagonales y el corte repentino de las figuras por los bordes. Poseía una memoria fotográfica y pintaba de forma muy rápida. Sin embargo, su primera influencia fue la pintura impresionista y, sobre todo, la figura de Degas, de quien siguió la temática urbana alejándose de los paisajes que interpretaban Monet o Renoir. Fue la vanguardia del modernismo y del Art Nouveau.

domingo, 24 de mayo de 2009

Edgar Allan Poe


Edgar Allan Poe (Boston, 19 de enero de 1809 - Baltimore, 7 de octubre de 1849) fue un escritor, poeta, crítico y periodista romántico estadounidense, generalmente reconocido como uno de los maestros universales del relato corto, del cual fue uno de los primeros practicantes en su país. Fue renovador de la novela gótica, recordado especialmente por sus cuentos de terror. Considerado el inventor del relato detectivesco, contribuyó asimismo con varias obras al género emergente de la ciencia-ficción.[1] Por otra parte, fue el primer escritor estadounidense que intentó hacer de la escritura su modus vivendi, lo que tuvo para él consecuencias desastrosas.[2]
Fue bautizado como Edgar Poe en Boston, Massachusetts, y sus padres murieron cuando era niño. Fue recogido por un matrimonio adinerado de Richmond, Virginia, Frances y John Allan, aunque nunca fue adoptado oficialmente. Pasó un curso académico en la Universidad de Virginia y posteriormente se enroló, también por breve tiempo, en el ejército. Sus relaciones con los Allan se rompieron en esa época, debido a las continuas desavenencias con su padrastro, quien a menudo desoyó sus peticiones de ayuda y acabó desheredándolo. Su carrera literaria se inició con un libro de poemas, Tamerlane and Other Poems (1827).
Por motivos económicos, pronto dirigió sus esfuerzos a la prosa, escribiendo relatos y crítica literaria para algunos periódicos de la época; llegó a adquirir cierta notoriedad por su estilo cáustico y elegante. Debido a su trabajo, vivió en varias ciudades: Baltimore, Filadelfia y Nueva York. En Baltimore, en 1835, contrajo matrimonio con su prima Virginia Clemm, que contaba a la sazón 13 años de edad. En enero de 1845, publicó un poema que le haría célebre: "El cuervo". Su mujer murió de tuberculosis dos años más tarde. El gran sueño del escritor, editar su propio periódico (que iba a llamarse The Stylus), nunca se cumplió.[3]
Murió el 7 de octubre de 1849, en la ciudad de Baltimore, cuando contaba apenas 40 años de edad. La causa exacta de su muerte nunca fue aclarada. Se atribuyó al alcohol, a congestión cerebral, cólera, drogas, fallo cardíaco, rabia, suicidio, tuberculosis y otras causas.[4]
La figura del escritor, tanto como su obra, marcó profundamente la literatura de su país y puede decirse que de todo el mundo. Ejerció gran influencia en la literatura simbolista francesa y, a través de ésta, en el surrealismo, pero su impronta llega mucho más lejos: son deudores suyos toda la literatura de fantasmas victoriana y, en mayor o menor medida, autores tan dispares e importantes como Charles Baudelaire, Fedor Dostoyevski,[5] [6] [7] Franz Kafka,[8] H. P. Lovecraft, Ambrose Bierce, Guy de Maupassant, Thomas Mann,[9] Jorge Luis Borges, Clemente Palma, Julio Cortázar, etc. El poeta nicaragüense Rubén Darío le dedicó un ensayo en su libro Los raros.
Poe hizo incursiones asimismo en campos tan dispares como la cosmología, la criptografía y el mesmerismo. Su trabajo ha sido asimilado por la cultura popular a través de la literatura, la música, tanto moderna como clásica, el cine (por ejemplo, las muchas adaptaciones de sus relatos realizadas por el director estadounidense Roger Corman), el cómic, la pintura (varias obras de Gustave Doré, v. gr.) y la televisión (cientos de adaptaciones, como las españolas para la serie Historias para no dormir). (Véase Repercusión de Edgar Allan Poe.)
En una de sus cartas, dejó escrito:
Mi vida ha sido capricho, impulso, pasión, anhelo de la soledad, mofa de las cosas de este mundo; un honesto deseo de futuro.